¿Qué son las intolerancias alimentarias?

Es frecuente confundir la intolerancia con la alergia. Tienen en común síntomas y ambas aparecen después de la ingesta de algún ingrediente al que eres más sensible. Aunque no implican el mismo daño a la salud, sí que afectan a tu calidad de vida.

Tienen lugar cuando ingieres un alimento al que tu cuerpo reacciona de forma anormal. Ello puede deberse a que no seas capaz de digerirlo de la forma habitual o a que tu metabolismo esté alterado. Esto estará causando trastornos en los procesos normales de tu cuerpo.

¿Cuáles son los síntomas de una intolerancia alimentaria?

Su abanico de manifestaciones es muy amplio, siendo importante que un especialista descarte cualquier otra patología. Mientras en las alergias los síntomas aparecen a las pocas horas, en las intolerancias pueden hacerlo incluso pasados dos días, resultando ser:

• Manifestaciones dérmicas: sarpullidos, picazón o enrojecimiento.
• Alteraciones gastrointestinales: pérdida del apetito, reflujo, espasmos gástricos, retortijones, diarrea o síndrome de colon irritable.
• Trastornos neurológicos y psicológicos: migrañas, dolores de cabeza, deterioro cognitivo... Existen estudios recientes que relacionan la intolerancia al gluten con el Alzheimer.
• Molestias respiratorias: dificultad para respirar, sensación de ahogo, picor nasal, mucosidad, tos e inflamación de los cornetes nasales, entre otros.

¿Cómo puedes saber si sufres alguna intolerancia?

Lógicamente, es necesario que acudas a los especialistas en salud. Tu médico de cabecera y tu endocrino son los indicados para realizarte las pruebas necesarias. Suele ser suficiente con una analítica sanguínea, aunque pueden necesitarse pruebas complementarias.

Es posible que ya hayas asociado tu malestar con la ingesta de algún alimento en concreto. En ese caso, es interesante, para guiar a tu médico en el diagnóstico, que le comentes este tipo de datos.

Intolerancias más comunes a las que plantará cara un manipulador de alimentos

• Lactosa: presente en la leche y los derivados lácteos.
• Gluten: se trata de una proteína presente en la semilla del trigo.
• Pescados, crustáceos, huevo y frutos secos.

Cuando se sufre una intolerancia es posible que los síntomas aparezcan a partir de la ingesta de una determinada cantidad. También es muy variable el tiempo hasta que se aprecia la manifestación, lo que dificulta el diagnóstico.

Cuando sufres intolerancias alimentarias es importante que sepas interpretar los datos de las etiquetas y que la persona que manipula conozca qué ingredientes son susceptibles de provocar la manifestación de intolerancias. Los conocimientos en manipulación alimentaria son esenciales para no cometer errores de trazabilidad y evitar la contaminación. Sin duda, tras el diagnóstico y los cuidados apropiados, tu calidad de vida puede mejorar evitando los molestos síntomas derivados de la intolerancia.

Imagen cedida por Pixabay por © olafBroeker